domingo, 30 de diciembre de 2007


me voy a colgar entre la ropa
para secarme de esta lluvia
que curtió mis amaneceres
con una sola palabra.
No.
Y cuando el cielo me
destroce de a poquito
y caiga entre las espinas,
cuando me encuentres
tumbada dentro de una caja
en forma de valija;
entonces no podrás quemarme,
no;
porque el fuego ya ardió
mis ojos y tus manos,
porque bastó un suspiro
para prender esa llama
que nos consume todo el tiempo
y no la vas a apagar.

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