jueves, 11 de agosto de 2016

debe haber un lugar
ahí escondido
cerca o lejos pero acá en el corazón
de dónde sólo nace una selva
un camino en peligro de extinción
ahí donde la sangre es más que agua como un río
y en donde la fauna escucha atentamente
la más ligera percusión
de los ataques secretos.
Existe ese lugar, o camina
con su magia lentamente por los bordes.
Basta recordarlo con un sólo pensamiento
en forma de párpado espeso y ovalado.
Se abre entre los árboles
el paseo que es como una brisa,
un cálido remordimiento de felicidad,
una invitación.

martes, 19 de enero de 2016

en este fin de año
se me figuran los muertos
como una risa en el vientre.
Tan simple es
que abarca todo lo nuestro
es decir
que se lleva toda posibilidad de pertenencia
así los abuelos y mascotas
y todo, la injusticia
es un minuto de abrazo
cada uno que murió de no sé qué cosa
y el momento que en la memoria
les acontece
todo como el pasto
o el cielo con sus nubes de hoy
y la muerte que en verdad no es tan sola
es más una risa
un tedio una cosa aburrida
hoy que es como mañana,
como el pasto y los tíos
los gatos que murieron
así despedazados por un otro
algún sábado
o domingo a las dos de la mañana.
Todo en este fin de año
que es también un principio
como un borde una orilla
la imperfecta visión del infinito
y nosotros
descascarándonos
en leves crujidos que posiblemente
mañana olvidaremos.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Con los ojos cerrados
tu nariz, tu cara grande
me recuerda
a las patas
de un león dormido.
Te miro y abrís
los ojos chiquitos
me mirás y sabés
que algo estoy escribiendo en mi memoria
me mirás y
sabés
que algo estoy
escribiendo
en mi memoria
y qué paz

que hay en tu rostro, decís
volvés a cerrar.
Hay como un elipse violeta
en la luz de la habitación
que no me deja ver
el tercio superior
de lo que mis ojos verían.
Te miro y vuelvo
a escribir en mi memoria
hasta que vengo a la compu,
no, mejor
al lápiz y al papel
tiemblo de miedo
de decir
y de frío
estoy desnuda después
pero temblando en la memoria
en recuerdos o en palabras
algo persiste
algo inquieto escribe en las paredes
no lo veo, no sé
hay como una mancha violeta en el espacio
y en el tiempo se transforma
es verde, quizás
tus labiecitos que sonríen
me fui de la cama, y ahora tiemblo
y ahora el miedo de decir
con los ojos cerrados
se resuelve en una luz que titila
en la esquina en el fondo
de mis recuerdos más oscuros.

viernes, 23 de octubre de 2015

con temor, invoco
a la energía
que sabe guardarme
en algún lugar de la existencia.
Hay cielos, acá
que se pudren cada aurora
esperando ser
siempre más bonitos.
Y hay mucho más
allá de la sombra
que no busca ser nombrado:
partes del fuego,
huecos de cosas infinitas
denso material continente
de un brillo misterioso.
Los invoco en silencio
vuelvan a mí
como si fuesen mis huesos
o algo más que la creencia
de una cueva imaginaria.
Acá, los invoco.
Qué más hay, sino
tanto poder incautado.
Quién más
los va a llamar
si están atados
tiernamente
de mis manos.
Vuelvan a mí,
serán bienvenidos
cuando apenas me distraiga
en el claro de un bosque
y sienta un breve cosquilleo
de aire espeso
rodeando de calor a mis sentidos.

jueves, 24 de septiembre de 2015

hoy vengo
como con el viento
recaudando
del peso que traslado
paso a paso
lo mejor
que fui dejando en el
camino:
el alba
de un fracaso,
la espada
sucia por querer
ser amiga
de una sombra tenue.
Los brillos, los ojos
el denso
palpitar
la noche encima
de una gran piedra
viendo pasar lentamente
todas las estrellas del cielo.

martes, 8 de septiembre de 2015

hoy usaste
la palabra capullo
y tuve el impulso
de agarrar tanto tus manos
mecerlas con el coraje
de saber que guardan
nuevas aventuras.
Ah,
hoy tuve sí
la imperiosa necesidad
de lavarnos juntos las manos
delicadamente.
Cada vez que nos convoca
el estrecho refugio
se alinean árboles
en un infinito perfecto
y hasta el más felino conflicto
queda atrás de la ventana.
Estamos, de pronto
en la ruta
del más tranquilo de los sueños.
Sentí hoy
la curiosa religión
que me conduce a tus párpados
cuando busco, sin querer
seguir estando despierta.
Vuelve, abierto, el movimiento de los astros:
ya no hay secreto
cada día
con ternura
nos seguimos buscando

lunes, 31 de agosto de 2015

nos desilusionamos del invierno
cuesta ya
marcar lo espeso
cada día de ternura.
Cuán cálido será el camino
cuánto más
del útero se revuelca
buscando un pájaro en sí mismo
que galope que amuche
y lleve en manos la incomodidad de lo cierto.
Cuesta ya
desanudarnos enteros
hay más que tierra en los bolsillos
pero nada que sea contenido nos importa.
Cuesta, inmenso placer de nadar en la bruma
y con nuevas palabras nombrarnos de a poco
células vivas
peces latiendo
abrir el cristal
y la propia reinvención de equinoccio que espera.