miércoles, 30 de diciembre de 2015

Con los ojos cerrados
tu nariz, tu cara grande
me recuerda
a las patas
de un león dormido.
Te miro y abrís
los ojos chiquitos
me mirás y sabés
que algo estoy escribiendo en mi memoria
me mirás y
sabés
que algo estoy
escribiendo
en mi memoria
y qué paz

que hay en tu rostro, decís
volvés a cerrar.
Hay como un elipse violeta
en la luz de la habitación
que no me deja ver
el tercio superior
de lo que mis ojos verían.
Te miro y vuelvo
a escribir en mi memoria
hasta que vengo a la compu,
no, mejor
al lápiz y al papel
tiemblo de miedo
de decir
y de frío
estoy desnuda después
pero temblando en la memoria
en recuerdos o en palabras
algo persiste
algo inquieto escribe en las paredes
no lo veo, no sé
hay como una mancha violeta en el espacio
y en el tiempo se transforma
es verde, quizás
tus labiecitos que sonríen
me fui de la cama, y ahora tiemblo
y ahora el miedo de decir
con los ojos cerrados
se resuelve en una luz que titila
en la esquina en el fondo
de mis recuerdos más oscuros.

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