no sabía
que tus ojos de arañita
además podían ser mar;
no sabía, casi al margen de este día,
lo increíble del naufragio
entre frazadas sin dormir.
no sabía
tantas cosas;
que de noche
mi horizonte se duplica
y tantos cielos te dedico,
y tantos ojos, amor,
que no son ojos de sonrisa;
no sé a qué hora te fuiste,
vas trotando entre la furia
y mientras tanto sólo quiero
que me abraces
una vez más.
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