entonces
te desperezabas,
me decías nena
dejame dormir en tu
boca,
callabas en mi sonrisa
de sal,
solías correr por mi sangre
como si el tiempo
nunca fuera suficiente.
solías recitarme de a poco
preguntas en prosa,
cabellos de ángel,
dolores chiquitos
de cabeza en cuarto
creciente.
y me gritabas en la ducha,
nena dejame dormir en
las uñas de tus pies;
me dejaste ese día de
fiebre, de mentira
que me despertó y todavía me
duele no saberte
esperar.
3 comentarios:
me generás siempre tanta cosa linda.
solicito-le su msn, señorita :)
aña, pasé a aplaudirte una vez más.
me quedé con lo de los dolores chiquitos.
siempre sabes inventarme sensaciones nuevas.
te quiero aní
^-^
Publicar un comentario