sábado, 27 de diciembre de 2008


no quiero
tirarte al mar en esa botella
de mi sangre o de
mi piel
de poros exahustos.
decime sí,
tan sólo esta madrugada
de nubes en el pelo, en
la sien
y las palabras
desnudas del calor
o de diciembre irrespetuoso
o tu cara en
pedacitos.
decime, qué te cuesta
el silencio de mi obligo en
tu oreja,
el murmullo espumoso de un
mar que no deja de viajar
entre mi boca y mi
nariz.

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