viernes, 1 de mayo de 2009


al silencio y al horno
de las ideas coloradas (u horimiguitas en la sien),
al insomnio familiar
en el baño de casa
un jueves a las dos, o a las tres
les propongo jugar
al cadáver que bebimos
junto al vino del día nuevo.
el tambor y los corceles
picotearon al incendio,
las cenizas de palabras y de humanos fluorescentes.
adulterio de coherencia y libertad
de sentimiento,
casi hoy no me puedo abrir la puerta.
perdí las llaves en el cementerio,
el ambiguo equilibrio
de las almas que cuentan ovejitas.

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