
bien sabías que nos íbamos a encontrar
porque siempre
nos encontramos;
y qué tenía que hacer,
te mostré mis manos y mis autitos como
una tarea
o un examen, una excusa
para no mirarte a los ojos.
otra vez el punctum, el muerto que mira
desde la foto, el duelo que duele.
otra vez, pero realmente no sabías, dolor,
como yo no sé
ni mirarte sin la cámara
del tiempo.
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