domingo, 5 de abril de 2015

son días de celeste borroneado
tengo la pálida ansiedad
de quien busca su redención
en los ojos o en las manos del otro.
Me ahogo en el primer frío
y cual estornudo caigo de pronto
en el primer despertar
de una pesadilla de siesta.
Hongos, cálido abrazo felino
cuando ya nada puede salvarnos
cuando el otoño llega y ya se hizo demasiado tarde.

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