soy puente,
invisible y fugaz,
del saber
que busca endurecerme;
soy sueño
de un amante soberbio;
bebiendo las horas,
callando el sudor de las cuencas
solitarias.
Soy cuerpo,
sobretodo cuerpo,
callando mis furias inertes
del camino en cornisa
que me ataja el vacío;
la nariz,
la frente:
soy cuerpo sin tiempo
ni excusas, ni llorar;
hablando le miento a mi escencia
que transcurre
junto al mar.
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